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Pobreza, por Paulino Ordóñez

La muerte de Mick Karn (el primero en la foto superior, con su grupo Japan) me revivió a principios de año el malestar de saber con qué facilidad el olvido se jode a grandes artistas. A Karn lo perdimos el pasado 4 de enero, abatido por el cáncer. A las pocas líneas de comenzar a leer su entrada en Wikipedia, uno se entera de los problemas económicos en los que se encontraba, los cuales debieron haber entorpecido su tratamiento. ¿Tan difícil es para alguien de su nivel contar con los recursos básicos de salud? ¿Qué ha sucedido en la maquinaria comercial de la música para que el bajista de un grupo que en su campo de acción fue tan exitoso, quede desamparado al grado de no contar con un seguro eficiente o un servicio de salud que no exija perderlo todo para atender una enfermedad así? Si un miembro de Japan, con 30 sencillos publicados cuando la gente aún compraba discos (uno de ellos número 5 en las listas de popularidad del Reino Unido), pasa por esas, ¿qué le espera a los músicos independientes de nuestro país, actuales o pasados?

 
A algunos, lamentablemente, lo que a Rita Guerrero, que recién fue vencida por el cáncer de mama.

 

 
Santa Sabina no fue cualquier cosa en el rock hecho en México. Tenía esa aura de ser el grupo nacional que había que escuchar, cuando aún no tenían disco publicado y del DF llegaba a Monterrey cierta reputación que hacía esperar con mayor interés un concierto o grabación. Que Mtv te reconozca, programe tu video o diga que eres la onda, no significa mucho, pero sin duda les costó trabajo, mucho, hacer que sus canciones llegaran más allá de las cintas que se multiplicaban de grabadora en grabadora, como un secreto cotizado. El esfuerzo me parece enorme, para que luego no haya de otra más que hacer cooperacha entre fans y amigos, u organizar conciertos benéficos, y a ver cuánto se junta para el tratamiento.

 

 
Muy diferente debe ser el caso de Nile Rodgers, que desde octubre del 2010 «camina en el Planeta C», como él llama a estar diganosticado como enfermo de cáncer. Supongo que el éxito con su grupo Chic, las regalías que aún debe recibir por las canciones de éste (su canción Good times ha sido de las más sampleadas, sirvió de base para uno de los temas pioneros de hip-hop: el Rapper’s Delight o El Cotorreo, de Sugarhill Gang) y las regalías por las canciones que compuso para otros, así como por sus producciones, le son suficientes como para procurarse atención médica de calidad, muy lejos de la que otros mexicanos, artistas o no, talentosos o no, recibiremos. La entrada de blog, emotiva y bastante sincera, en la que Nile Rodgers da a conocer al mundo su enfermedad y su relación con la fama en este punto de su vida, puede leerse aquí.

 

 
También en un país desarrollado, Poly Styrene, una de las tantas personas que se pusieron a hacer lo propio después de presenciar un (des)concierto de Sex Pistols, acaba de anunciar hace menos de un mes sobre el cáncer de mama que le aqueja. ¿A qué tendrá acceso en Inglaterra una mujer cuyo trabajo musical más reconocido tuvo lugar hace ya varios años, durante su juventud punk? ¿Será muy diferente (en calidad, en costo, en rapidez de atención) el tratamiento que una cantante independiente con cáncer de mama recibe en ese país, que en el nuestro? Su comentario en su sitio web, tan breve como positivo, puede leerse aquí.

 
Como fue el caso con Rita Guerrero, me parece genial que se genere una bola de nieve en apoyo a músicos y creadores de cualquier disciplina y que aportar cualquier cantidad sea un homenaje más que podamos ofrecer quien admiramos, después de comprar sus discos y asistir a los conciertos. Por otra parte, creo que es injusto que en México, al no ser empleado, no se cuente con un soporte de seguridad social… aunque sea muy apenitas. Los resultados del Seguro Popular, que plantea ayudar a personas no afiliadas al IMSS, iniciado en octubre del 2010, están por verse. Probablemente, éste sea el greatest hit del gobierno de Felipe Calderón, por más cuestionable que este programa sea (es exclusivo para personas de bajos recursos. ¿Cómo se determina esto? ¿Cabía Rita Guerrero dentro de la población mexicana de excasos recursos? ¿Qué sucede con quienes no disponen de los ingresos suficientes para adquirir un seguro de gastos médicos privado, pero no caben en la categoría de bajos recursos y, encima, no tienen manera de pertenecer al IMSS?).

 

 
Mientras esperan en fila para obtener el Seguro Popular, o para que la puerta de algún consultorio se abra, miles de mexicanos pueden afirmar lo que Ricardo Ochoa en los 70’s con el grupo Náhuatl: «yo nací en la pobreza… ni una ayuda nadie, nadie me dio»:

 

 

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